miércoles, 27 de noviembre de 2013

Memories.

Nadie es capaz de olvidar completamente a alguien. Nunca. Quedan esas tardes, esa lista de reproducción, esa fotografía juntos o ese lugar tan especial. Están todas las letras del abecedario que describen sus iniciales. Todas esas veces que ves a alguien con su misma ropa, o peinado o forma de pensar o hablar. Esa broma, esa palabra, ese sabor y ese cielo apagado. Queda lo más importante, los putos recuerdos. Y mientras estos sigan en nuestra memoria es y será imposible olvidarse de alguien por completo.

Nadie nos es imprescindible, sólo es apego, necesidad, dependencia y, sobre todo, costumbre. Aún así, parece que no podemos pasar página hasta que alguien nos escriba algo nuevo. 


Pero nuestra mente funciona de manera asociativa. Te acordarás de esa persona si hueles su perfume, si echan esa película que visteis juntos o si suena esa canción. Y es que frente a los recuerdos te quedas pequeño, débil, frágil. Y, aunque hayan pasado días, horas o meses, seguirías sacrificándolo todo por volver atrás, por volver a esos momentos en lo que todo era perfecto, por volver a las sonrisas compartidas, donde hasta los silencios eran bonitos. Porque frente a esos recuerdos tan solo eres alguien deseando volver atrás. Y lloras. Lloras porque sabes que necesitas a esa persona de la misma forma que un yonkie a su chute, porque tienes eso que se llama dependencia emocional.

Dependencia emocional, bonita palabra para algo tan jodido ¿eh? 


...y es que, la misma nostalgia
que hoy me hace sonreír,
mañana me hunde.

_________________________________________________________________

Hacía muchísimo tiempo que no actualizaba esto, lo siento de verdad, pero he estado bastante liado. Intentaré, y digo intentaré porque no creo que lo consiga, escribir más a menudo.